domingo, 18 de diciembre de 2005

Posted on Sun, Dec. 18, 2005

WILFREDO CANCIO ISLA

El Nuevo Herald

Rodeado de mapas, fotografías y maquetas que reproducen zonas de El Vedado y La Rampa, la esquina de Tejas y el casco histórico urbano frente a la bahía, el arquitecto Nicolás Quintana vislumbra apasionado La Habana del futuro.

''Este proyecto justifica mi propia existencia'', afirmó Quintana, profesor de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Internacional de Florida (FIU). ``Lo importante es que estamos visualizando la ciudad hacia el futuro de una manera sostenible, sin perder sus tradiciones urbanas''.

Los 80 años han sorprendido a Quintana en una intensa etapa de trabajo, al frente del proyecto La Habana y sus paisajes, un ambicioso estudio que pretende establecer las bases para la reconstrucción de la capital cubana respetando sus valores arquitectónicos e identidad urbanística. La investigación se inició en septiembre del 2004 y debe concluir a mediados del próximo año.

El proyecto cuenta con un presupuesto de $325,000 --donado por los urbanizadores cubanoamericanos Sergio Pino y Anthony Seijas-- y ha involucrado a un equipo multidisciplinario de 25 especialistas, entre profesores y alumnos. Esta semana en un salón de la Escuela de Arquitectura, 17 estudiantes de Diseño desplegaron las seis maquetas elaboradas y explicaron sus conclusiones luego de un arduo semestre de ''inmersión'' en los espacios habaneros.

Las maquetas han seleccionado zonas como ejemplos genéricos que pueden aplicarse en otros sitios de la ciudad e incluyen tanto las estructuras actuales como las propuestas constructivas. Las zonas escogidas para el estudio son la esquina de Tejas y La Rampa; las calles Reina (de Fraternidad a Belascoaín) y Carlos III (de Belascoaín al Castillo del Príncipe); el área del Malecón comprendida entre el Banco Nacional de Cuba y el Parque Maceo; la Habana Vieja y una unidad vecinal del barrio de El Vedado, enmarcada entre las calles Línea y 23, y las avenidas de Paseo y G (Avenida de los Presidentes).

''En el grupo de estudiantes hay sólo cuatro cubanos, pero la mezcla de nacionalidades y perspectivas fue interesantísima, y todos se integraron al trabajo como una sola persona'', relató el profesor.

El investigador Manuel Lorenzo, quien ha contribuido en la información de satélite, asegura que su vínculo al proyecto ha tenido para él una particular significación.

''Es la primera vez que Cuba se me hace real'', confesó Lorenzo, quien nació en El Vedado y emigró de Cuba cuando tenía 5 años, en 1962.

Para Juan Antonio Bueno, decano de la Escuela de Arquitectura de FIU y codirector del proyecto en asuntos ecológicos, la experiencia le ha abierto ''un interés académico y profesional sobre La Habana, más allá de los vínculos sentimentales'' que lo unen a la ciudad que abandonó a los 13 años.

A pesar del reto que implica la realización del proyecto desde la distancia geográfica, Quintana explica que los diseños cuentan con la más acuciosa y actual información sobre La Habana. Las maquetas han sido confeccionadas con los planos geodésicos de la ciudad, información de satélite y fotos recientes de fachadas y manzanas que han sido enviadas desde Cuba.

''La colaboración que hemos recibido de personas amigas en Cuba ha sido fabulosa, y espero que algún día podamos agradecerla con nombres y apellidos'', señaló Quintana, que tomó el camino del exilio en enero de 1960 y nunca ha regresado al país natal.

Desde un comienzo, los promotores de La Habana y sus paisajes aclararon que el proyecto estaba abierto a la colaboración de profesores e individuos a título personal, pero no a las instituciones gubernamentales. La propuesta de reconstrucción aguardará por los cambios democráticos en Cuba tras la desaparición del régimen de Fidel Castro.

La respuesta no se ha hecho esperar: más de 400 fotografías --impresas o en discos compactos-- han llegado a las manos de Quintana utilizando las vías más impredecibles, además de otros documentos con valiosísima información para el estudio.

''Partimos de lo que existe para darle continuidad a una ciudad que ha estado paralizada en el tiempo'', aseveró Quintana, artífice del movimiento arquitectónico moderno que floreció en Cuba a mediados del pasado siglo.

Pero insiste en que no se trata de imponer soluciones, sino de brindar a los arquitectos y urbanizadores sugerencias de enfoque para que la reconstrucción de La Habana no se caotice con la proliferación de las autopistas, las comunidades cerradas y el crecimiento suburbano, como ha sucedido en Miami.

''No queremos que la reconstrucción sea una carga para las futuras generaciones'', agregó el arquitecto. ``La Habana debe crecer en cuadrículas urbanas al estilo de El Vedado, combinando corredores, edificaciones verticales y el modelo de distancias peatonales en los vecindarios''.

En enero comenzará la etapa final para sugerir diseños arquitectónicos en los derrumbes localizados dentro de la ciudad, al tiempo que concluyan los estudios ecológicos y sociopolíticos integrados en el proyecto.

Quintana planea hacer una presentación pública en ocasión del 20 de mayo, fecha del nacimiento de la república de Cuba.

Para finales del 2006 debe estar listo --primero en inglés y luego en español-- el libro resumen del estudio, con más de 400 páginas de textos e ilustraciones, y añadirá un CD que permita un recorrido virtual por la ciudad. Para ese volumen Quintana ha escrito una historia de La Habana en 16,400 palabras que resume su experiencia de 50 años de dedicación al urbanismo y la arquitectura.

''En los últimos seis meses nunca me he acostado una noche antes de las 2 de la madrugada'', contó Quintana. ``Para mí esto no es un pasatiempo, sino una razón de vida y un acto de amor por Cuba''.

wcancio@herald.com


12/16/2005

Washington, 15 dic -- Los demócratas en el Senado dieron la bienvenida anticipada hoy a Bob Menéndez -que asumirá en enero como el sexto senador hispano en la historia de EEUU- mientras la Cámara Baja analizaba un proyecto de ley contra la inmigración ilegal.

"Es una paradoja, en cierto sentido", comentó Menéndez a EFE sobre la coincidencia de ambos hechos en el Capitolio.

El acto de bienvenida a Menéndez, de 51 años, fue liderado por el líder de la minoría demócrata en el Senado, Harry Reid.

Menéndez, hijo de inmigrantes cubanos, fue elegido por el actual senador Jon Corzine, electo gobernador de Nueva Jersey, para reemplazarlo en el cargo legislativo.

"La elección de Bob Menéndez demuestra la sabiduría del próximo gobernador de Nueva Jersey", comentó Reid.

Pero mientras transcurría la ceremonia en el Senado, la Cámara de Representantes discutía cómo votar un polémico proyecto de ley -aprobado por su comité de asuntos judiciales- para aumentar las penas contra los indocumentados y las empresas que los contraten, en un esfuerzo por limitar la inmigración en el país.

Menéndez dijo que su llegada al Senado, un sueño personal desde que creció en un barrio modesto de Nueva Jersey, representa una oportunidad para reclamar "una política más inteligente y humana" sobre los inmigrantes.

"Uno pensaría que actualmente estamos creando la oportunidad de que más americanos entiendan las grandes contribuciones que los inmigrantes han hecho en este país", dijo sobre su ascenso en el Capitolio.

"Las únicas personas que pueden decir que son originarios de este país son los indios nativos", agregó.

Menéndez criticó las posiciones "extremistas" que representantes republicanos asumieron en el tema migratorio.

"No apoyamos la forma en que los republicanos están promoviendo lo que ellos llaman reforma inmigratoria. Queremos asegurar nuestras fronteras, pero también pensamos que debe haber una vía a la legalización (de los indocumentados)", dijo.

En la Cámara Baja, Menéndez se convirtió en el tercer demócrata en importancia jerárquica y el hispano de más alto rango en la historia del Congreso.

Cuando jure en su nuevo puesto en la segunda mitad de enero, pasará a tener el menor rango entre los 100 miembros de la Cámara Alta. Pero también será el primer senador hispano por Nueva Jersey, el sexto en la historia del país y el tercero de la actual legislatura, junto con el demócrata Ken Salazar (Colorado) y el republicano Mel Martínez (Florida).

"Es una oportunidad para trabajar los temas más importantes de nuestro estado y la nación: educación, salud, inmigración, la seguridad nacional y tener una voz adentro de 100", indicó Menéndez.

En el Senado le fueron asignadas las comisiones que tratan temas bancarios e inmobiliarios, presupuesto, y energía y recursos naturales.

"Estoy honrado de que hayan decidido darme todos estas tareas", dijo.

Agregó que tendrá el "privilegio" de trabajar con senadores con la "experiencia tremenda" de los demócratas Reid, Ted Kennedy, John Kerry y Hillary Clinton.

Menéndez tiene previsto hacer campaña para mantener su escaño del Senado en las elecciones legislativas de noviembre próximo, una tarea para la cual ya recaudó más de cuatro millones de dólares, en parte gracias al apoyo hispano.

Durante el acto de bienvenida en el Senado, Menéndez respondió preguntas en inglés y español. Cuando terminó la ceremonia, otro senador demócrata por Nueva Jersey, Frank Lautenberg, comentó con cierto asombro la fluidez de Menéndez en castellano.

"Yo estudio español", dijo Lautenberg entre risas. EFE

gl/mv/ma

Posted on Sun, Dec. 18, 2005
Olga Connor

El JUEGO Y ANTIJUEGO DE LA LITERATURA CUBANA DEL EXILIO

(Primero de una serie de dos)

La Asociación por la Tercera República Cubana celebró la semana pasada una reunión en la Casa de la América Latina en París, a la que invitó a hablar a escritores cubanos de paso al Cairo entre los que se encontraban el narrador y poeta Juan Cueto Roig, que leyó de su libro Palabras en fila, en clase y en recreo, y Daniel Fernández que leyó de su novela en preparación sobre Nefertiti. También participé en este acto que presidió William Navarrete y contó con la colaboración de Eyda Machín.

Expresé que uno de los grandes problemas de la literatura cubana del exilio es la postura de la oficialidad en Cuba que ignora las obras producidas fuera de la isla, por lo menos hasta que mueren sus autores, cuando entran en el panteón literario nacional.

Me aproveché de un plan estructural basado libremente en un artículo de Gremas y Rastier en Yale French Studies (1968), titulado La interacción de constreñidos semióticos. Vi la situación desde el punto de vista de Cuba, que es la base fundamental del exilio y de las restricciones. Es un juego que se desarrolla entre oponentes. Existen los escritores cubanos que producen en el marco de las relaciones dentro de la isla, la UNEAC (Unión de Escritores y Artistas de Cuba) oficial, que es la relación ''prescrita y aceptada''. (Digamos a modo de metáfora que es la que tiene la luz verde)

Existe, por otra parte, la relación ''prohibida, secreta'' (equivalente a la luz roja), la que se oculta a los cubanos de dentro, la literatura de los que deciden no volver a Cuba, mientras dure ese gobierno. Esos son mayormente los escritores de un exilio que en Miami se llama ''histórico'' (de los años 60), y luego las oleadas posteriores a este punto de vista, especialmente la generación del grupo del Mariel, como Reinaldo Arenas, Carlos Victoria y los hermanos Abreu.

Desde el punto de vista de acá, hemos actuado de manera diametralmente opuesta aunque igual. Aquí también ha habido prohibiciones. No se mira bien al escritor exiliado que viaja a Cuba, o publica allá, lo que le causa problemas al tratar de relacionarse con los que no viajan. Tampoco se ve bien por algunos exiliados que los escritores cubanos que viajan al extranjero desde la isla regresen al país. Es una situación de relaciones opuestas: el que publica en Cuba, el que publica afuera; el que viaja a Cuba, el que viaja de Cuba a afuera.

Estos escritores viajeros participan del ''antijuego''. Por ejemplo, existe una relación ''no prohibida'' actualmente, que es la de los autores cubanos de dentro que publican fuera y salen afuera a trabajar y a dictar conferencias (los que se llevan la luz amarilla antes de que cambie), cosa que no se podía hacer en los 70. Esto es salirse del juego del gobierno y de los exiliados, aunque no se prohíba. El significante ''viaje'' cambia de significado si se practica dentro de contextos con reglas diferentes.

También ha habido una relación ''no prescrita'', (es la luz amarilla del lado contrario que nos avisa que va a cambiar la roja a verde) y que varía enormemente de año en año, de aquellos escritores exiliados que entran en Cuba. Según algunos exiliados, están haciéndole el juego al gobierno y según otros están tratando de aprender y a relacionarse con los que están dentro y son parte del ``antijuego''.

Entre este juego y ''antijuego'' de los escritores cubanos del exilio, y de la diáspora en los 90, se encuentra la confusión del panorama de la literatura cubana en general. Obra como la de Guillermo Cabrera Infante, Enrique Labrador Ruiz, Lydia Cabrera, Gastón Baquero, exiliados entre los 60 y los 80, tuvo que enfrentarse al mito de la Revolución Cubana en el exterior. Profesores, críticos y periodistas americanos y europeos rechazaban a todo el que se opusiera a su ilusión de la Revolución Cubana, que estaba de moda mundialmente en las primeras décadas. Los círculos intelectuales, casi siempre de tendencias izquierdistas o ''liberales'', les hicieron la guerra a estos exiliados, incluyendo poetas, ensayistas, profesores, dramaturgos y filósofos.

Del grupo secreto en Cuba y rechazado por los americanos, españoles, latinoamericanos y franceses: Cabrera Infante se fue a Londres, porque no lo querían en España. Lydia Cabrera tuvo que pagarse sus libros en el exilio miamense. A Lorenzo García Vega no se le apoyó editorialmente. Carlos Montenegro y Enrique Labrador Ruiz fueron otros de los olvidados. Severo Sarduy fue por mucho tiempo un incomprendido, viviendo en el mundo rarificado de París.

A pesar de todo, las primeras dos décadas del exilio dejaron un saldo de publicaciones, que por lo menos se distribuían entre los propios cubanos. Era ''un gueto de la literatura''. Un ejemplo fue el de Ediciones Universal que en 1970 publicó la antología Poesía en éxodo (El exilio cubano en su poesía, 1959-1960), seleccionada y prologada por Ana Rosa Núñez, poeta y bibliotecaria de la Universidad de Miami, con una sección extensa sobre la poesía clandestina en Cuba, que inició la práctica del ''antijuego'', una relación ``no prohibida''.

Pero muchos hijos de exiliados en el mundo intelectual se pusieron de parte de sus compañeros de universidad y frente a sus padres, entrando en el ''antijuego'', en una relación ''no prescrita''. Sobre esto hablaremos el domingo próximo.

olconnor@bellsouth.net


sábado, 17 de diciembre de 2005

Libros
Nos amábamos tanto en la 'Zona congelada'

La primera novela de Roberto Madrigal: una historia sobre un grupo de amigos en el contexto de los sucesos de la Embajada de Perú.


Recibió la medalla Lorenzo el Magnífico y un diploma en reconocimiento a su carrera artística.

Agencias

viernes 16 de diciembre de 2005 18:24:00

El artista plástico Miguel Ordoqui ha sido galardonado en la Bienal de Arte Contemporáneo de Florencia, que se realizó del 6 al 14 de diciembre en la Fortezza da Basso y donde participaron más de 800 artistas de 74 países.

Ordoqui, el único artista cubano premiado en el evento, recibió la medalla Lorenzo el Magnífico y un diploma en reconocimiento a su carrera artística. La medalla de plata en escultura fue para el puertorriqueño Heriberto Nieves.

Exiliado en Estados Unidos tras salir por el puerto de Mariel en 1980, Ordoqui presentó en Miami a inicios de este año la exposición Retrospectiva, a propósito del aniversario 25 del éxodo del Mariel.



Posted by Picasa Víctor Varela (Pedro Portal)

Artes Escénicas

«El teatro cubano de hoy es de una cobardía total»

Devoción por lo indomable: Entrevista con Víctor Varela, director de Teatro Obstáculo.

Juan Abreu, Barcelona

jueves 15 de diciembre de 2005

La noche cae como una piedra sobre los rascacielos en construcción, sobre el feo armatoste que será el Miami Performing Arts Center. ¿A quién se le habrá ocurrido conservar el atroz residuo del antiguo edificio de Sears? El conjunto es grotesco. Las autoridades, parroquiales. Pero lo que falla es la gente, me digo. No importa cuántos rascacielos construyan, esto nunca será Nueva York por la sencilla razón de que aquí no hay neoyorquinos.

Conduzco por las vacías calles del dowtown: huele a mar y a gasolina. Dos policías de brazos como patas de elefante y cráneos acerados, conversan dentro de un coche patrulla. Personajes de Philip K. En la 36 avenida giro a la izquierda y me adentro en el Design District. En el primer piso de una estructura espeluznantemente art deco, se halla la sede de Teatro Obstáculo, que dirige el autor, actor, escenógrafo y director Víctor Varela. Estaciono. No parece que haya un alma en millas a la redonda. Al fin, descubro un cartel que anuncia la obra, pegado con scoth tape a una puerta de cristal. Viene a abrirme una muchacha hermosa, de rostro intenso, que después descubro que es la actriz principal.

Víctor, ¿quién eres? ¿Qué buscas? ¿Qué te impulsa? ¿Adónde quieres llegar? [Continúa]


miércoles, 14 de diciembre de 2005

Artes Plásticas - León

del sábado 17 de diciembre de 2005 al domingo 19 de febrero de 2006

El Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León (MUSAC, Avenida de los Reyes Leoneses 24), en la ciudad de León (España), inaugura el sábado 17 de diciembre en la sala Laboratorio 987 la muestra Mucho ruido y pocas nueces II, con obras del artista plástico cubano Wilfredo Prieto. La exposición, comisariada por Tania Pardo, permanecerá abierta hasta el 19 de febrero de 2006.

Prieto (Sancti Spíritus, 1978) desarrollará un proyecto específico para Laboratorio 987, que continúa con el desarrollo de su trabajo basado fundamentalmente en la instalación. En esta muestra retoma el título de un proyecto comenzado en 2003 en la Isla, con el que pretende hacer reflexionar al espectador sobre lo esperado y, en este caso, lo inesperado dentro de los espacios expositivos relacionados con el mundo del arte contemporáneo y el engranaje artístico actual.

El MUSAC es una iniciativa de la Junta de Castilla y León a través de la Fundación Siglo.



Posted by Picasa Juan Pablo Ballester. "Serie Enlloc" (Foto de Archivo)


Posted on Sun, Dec. 11, 2005
JOSE ANTONIO EVORA

El Nuevo Herald

Enlloc significa En ningún lugar en catalán, o Nowhere en inglés. Tal es el nombre de la muestra colectiva con la que quedó abierta en Wynwood la nueva galería Alonso Art.

En ningún lugar como negación del sitio exclusivo. Es decir: En todas partes. El Nowhere Man de John Lennon convertido en observador, ahora traumatizado por el aislamiento y con un profundo desdén al arraigo forzoso y a las limitaciones de las fronteras.

Consuelo Castañeda, Alexandre Arrechea, Juan Pablo Ballester y José Iraola exponen juntos sus fotografías, además de una escultura de Arrechea que simultáneamente genera imágenes en video. La obra de cada uno por separado da para una formidable exposición personal, así que la suma es de alquilar balcones.

Los cuatro son cubanos radicados fuera de la isla: Castañeda e Iraola entre Miami y Nueva York; Ballester en Barcelona, y Arrechea en Madrid. Fue hace apenas un par de años que este último, fundador de Los Carpinteros, se separó del grupo con el ánimo de emprender una carrera en solitario. Sus cinco fotografías forman parte de la serie Elementos arquitectónicos, y la escultura, un árbol metálico de 14 pies de altura en cuyas ramas se posan cámaras de vigilancia, es la consumación del proyecto El jardín de la desconfianza.

Sería mejor llamarlo El jardín de la sospecha, pues la desconfianza no pasa de ser una actitud preventiva y defensiva, mientras que lo que propone Arrechea es un examen de la inducción del miedo, para lo cual sirve mejor el carácter invasivo y ofensivo de la palabra sospecha. Gracias a unos detectores de movimientos, las cámaras siguen a los espectadores y registran sus reacciones (¿quién dijo desasosiego?). A partir de marzo, las imágenes grabadas por esta intrépida versión del Big Brother orwelliano podrán verse en un sitio de internet, y con una selección de todas ellas Arrechea armará un video.

¿Hasta dónde puede llegar una indagación tan desfachatada y, de paso, tan penetrante? Si bien no alcanza toda una vida para entender qué sentido tiene vivirla, tampoco nos damos cuenta cabalmente de los reflejos condicionados que van sedimentándose en su transcurso. Términos como fobia, incomunicación, stress y delirio hacen pensar cada vez más en el médico y en soluciones venidas de fuera del individuo, en detrimento de la autoestima y del sentido común. Aunque los avances de la tecnología sigan siendo una prueba del ingenio humano, las secuelas del uso que les damos no hacen más que ampliar el espectro de lo desconocido por ese otro lado en el que el ser pierde protagonismo. Examinar los efectos de la vigilancia sirve, cuando menos, para entender mejor las relaciones entre la imposición del poder y la formación de prejuicios.

''En el Jardín no hablo solamente de vigilancia'', le dijo Arrechea a la escritora y restauradora Rosa Lowinger. ``Hay otras categorías que han empezado a interesarme más, y una de ellas es la del objeto como algo sin autonomía. El objeto cuenta una historia, cuya significación tiene raíces en el contexto donde está situado. ... Las cámaras de vigilancia promueven la autocensura. En los museos se le pide al visitante no tocar las obras. En el Jardín es la pieza la que toca a la gente; la que invade su espacio''.

Las cinco fotos de Elementos arquitectónicos prueban cómo una imagen documental puede servir íntegramente a la representación de una idea. Entre las posibles interpretaciones de esta serie de frágiles columnas de ladrillos sostenidas por hombres sin rostro está la del desastre arquitectónico en la isla y lo que ese deterioro representa para el individuo. Me parece muy bien que esta especie de totem donde convergen el hombre y su templo desate todo tipo de especulaciones, pero a mí me basta con aquella.

Para Castañeda, las estrategias de representación de la fotografía vienen de la pintura, de modo que en cuanto se asoma al visor de su cámara empiezan a operar mentalmente las mismas nociones de composición bidimensional que cuando pinta. Las diferencias son obvias: al entregarse a la labor artesanal de pintar, el artista se recrea en las texturas, por ejemplo, algo que falta en la práctica del fotógrafo, aunque no necesariamente en el resultado, como demuestran las imágenes de su serie City.

''Es una tautología, pues las piezas se exhiben con el mismo recurso que están mostrando'', comenta la artista en referencia al formato de cajas de luces. Son imágenes tomadas en el edificio de Miami Beach donde vive, en Las Vegas y en Nueva York, dos de ellas con anuncios lumínicos de Times Square. ``Cuando las tiré pensaba en [James] Rosenquist y en el pop americano. Esos anuncios fueron diseñados en función de la industria del espectáculo y han terminado siendo palimpsestos de información. Es lo que dice [Jean] Baudrillard cuando habla del espectador pasivo''.

Iraola tiene seis fotos expuestas, tres de ellas integradas en un relato donde aparece primero un automóvil parqueado solo a la orilla de la calle, luego flanqueado por otro coche blanco que pasa velozmente, y finalmente junto a uno rojo que también se mueve. No aparece ningún ser humano en estas fugaces escenas urbanas, cuya perspectiva en picado, sin paisajes de fondo, reduce la imagen a objetos y pavimento. Elocuente minimalismo para deslizar una metáfora sobre la soledad y la inconstancia, que habría llevado al siempre genésico borde de la parodia con sólo renunciar a los colores. Contada en grises, la anécdota ganaría un hermetismo y una frialdad que iban a librarla de la sospecha del melodrama.

''Me quedo con lo más simple'', dice Iraola, sin embargo.

Del nombre que le dio Ballester a su serie, Enlloc, viene el de la exposición. Ballester, todo un cineasta de la fotografía, es el autor de aquella imagen en la que cinco muchachas vestían camisetas rojas con las letras del nombre Fidel. Trabaja la puesta en escena; emplea lo que sería el equivalente a un operador de cámara, y saca un producto cuidadosamente elaborado donde incluso los escenarios naturales parecen recursos de tramoya.

Será por eso que Enlloc ronda la fábula, y desde la fotografía evoca el trabajo de grandes ilustradores renacentistas, como Durero. Pocas veces un comentario político sobre las aberraciones de la xenofobia se ha hecho con tanta elegancia. Ballester es un maestro en la subversión de los estereotipos, que logra dinamitar con igual sutileza desde dentro y desde fuera. Los manipula a su antojo, hasta dejarlos a merced de las antítesis.

jevora@herald.com

'En ningún lugar', exposición colectiva con obras de Consuelo Castañeda, Alexandre Arrechea, Juan Pablo Ballester y José Iraola. Alonso Art, 181 NW 36 St. Martes a viernes, de 10:00 a.m. a 5 p.m. Sábados de 11:00 a.m. a 4 p.m. Para citas: (305) 576-4142.


Posted on Sun, Dec. 11, 2005
By GERMAN GUERRA

El Nuevo Herald

Nacer en una isla colmada de desastres y esperanzas, y que esa isla tenga por añadidura el nombre de Cuba, es para todo aludido, por nacimiento natural o por adopción, un orgullo y un pesado fardo que se lleva a cuestas por cualquier rincón del mundo. Nacer en la provincia de Oriente, en la ciudad de Bayamo --la de todos los incendios-- un día primero de enero de 1958, ser un año mayor que la utopía y llevar por nombre el de Ramón Fernández-Larrea, puede ser muy buen augurio o tremenda salación.

Buen Augurio y Salación iban de la mano --como siempre van-- formando casi un sólo cuerpo, que es el cuerpo de la musa del arte, el día que se encontraron al niño Ramoncito y le insuflaron en el pecho la vocación de ser poeta, y a partir de ese momento al niño se le dañó la inocencia.

Quien decida ser poeta a golpe de voluntad y lecturas, acaba siendo un mal poeta o a mucho dar un poeta menor. La poesía es quien escoge al decidor, y el escogido dirá, en verbo y verso, las verdades que le dicten las voces de la poesía cuando ésta lo estime. Verdades comunes y terribles que lastran y estrujan la existencia del hombre, para que sean puestas en blanco y negro por la lengua del poeta.

Ramón, que una parte de su tiempo vital la ha consumido y consume disfrazado de humorista, con ese humor negro, elegante y de denuncia con el que hizo crecer su ya mítico programa de radio en La Habana de los años 80, y con el que ahora nos bombardea en unas interminables cartas a los personajes más disímiles de la cultura cubana; ha pactado y gastado el resto de sus horas en una inconsciente e insistente escritura poética que ha puesto su nombre entre los más selectos de la literatura cubana. Lugar que tiene bien ganado a golpe de cantar --insólito, insistente, insatisfecho--, de hurgar, de disentir, de fotografiar en cada uno de sus textos la soledad, la muerte, el miedo, el olvido y esa desesperanza que habita ya en el tamaño de su pueblo.

El libro de Fernández-Larrea que hoy nos ocupa es Nunca canté en Broadway: antología personal 1987-2001 (Linkgua, Barcelona, 2005), donde se recogen los textos más representativos de sus siete libros de poesía publicados hasta la fecha, desde El pasado del cielo en 1987 (Premio Nacional de Poesía Julián del Casal) hasta el Cantar del tigre ciego, publicado en el 2001.

En una entrevista concedida al periodista José Antonio Evora, el poeta recapitula su trabajo a la hora de dar cuerpo a la antología, contándonos que ``Releer los libros para hacer la selección fue un reencuentro amable con todo lo que he sido. No vi varios poetas, sino uno, en busca de distintas maneras de decir en cada momento lo que le amargaba o entristecía, lo digno de alabanza o denuesto. ... Creo que, aunque puedan faltar poemas --uno siempre extraña a cualquier hijo-- tuve mano dura y dejé los que creí daban mejor mi rostro. No me preocupé por equilibrismos de estilo, ni busqué los más logrados. La fórmula fue sencilla: puse los que he sentido siempre más rotundos, con temas sobre los cuales no he sentido la necesidad de volver de la misma manera''.

En el prólogo al libro, Alex Fleites --cubano por adopción-- nos comenta como participa ``de sus rebeliones sintácticas, de su sátira mordaz, de su oposición beligerante a todo orden preestablecido, de sus alucinaciones y de sus no pocas certezas, con el convencimiento y la alegría de quien se siente contemporáneo de una sensibilidad muy especial''.

Otros paisanos también han aventurado diversos comentarios sobre la obra del poeta. Jorge Luis Arcos ha dicho que ''su poesía ... subvirtió el retórico canon conversacional desde dentro, y anticipó la ruptura cosmovisiva de la actual poesía contemporánea cubana''. Y Emilio García Montiel apuntó que ``entendidos como médula de una transformación fundamental en las letras cubanas, una buena parte de los textos de Ramón Fernández-Larrea parecen comportarse como una espiral en cuyo centro están las dimensiones más concretas o radicales de ese estado de cambio''.

Ante tal osadía verbal y crítica, de Arcos a Montiel --que suena a viaje por el campo de España--, aventuro mi opinión sobre los textos de Ramón. Creo que estos poemas son piedras, esas piedras redondas que se encuentran a la orilla del camino y te invitan a tirar. Poemas que son piedras, difíciles de entrar, de partir en una primera lectura, sin puntos, sin mayúsculas, sin comas, sin pelos en la lengua y presentándonos cara de incoherencia y anarquía verbal. Poemas que hay que leer y aprehender lentamente, buscando en cada línea las pausas, las respiraciones del poeta y armando al paso los posibles versos que puede contener un solo verso, obligándonos siempre a una segunda lectura donde nos cae de golpe el peso del poema, donde el texto nos da una pedrada y abre sus caminos en la piel para quedarse latiendo en la memoria como una vieja cicatriz. Este poeta ha pasado su vida escribiendo piedras, piedra sobre piedra, y está jugando al duro.

En esa mitología de la literatura que se llama Borges, cuenta una leyenda que se le preguntó al argentino sobre lo esquivo del Nobel para con su persona y este respondió que ''no existía mayor gloria para un poeta que dejar un verso en la memoria de su pueblo''. Si a Fernández-Larrea le toca en el reparto final un trozo de esa gloria, uno de sus versos candidatos a esa memoria colectiva es este: Es difícil vivir sobre los puentes, línea que abre y cierra su Poema transitorio, y que nos repite lo que siempre hemos hecho y no habíamos querido entender: vivir de manera difícil, vivir caminando sobre todos los puentes, sobre un viejo puente hecho de piedras, minutos y poemas.

gguerra@elherald.com


Posted on Sun, Dec. 11, 2005

Especial/El Nuevo Herald

Cuentos que podrían ser novelas

MANUEL C. DIAZ

Cuando en 1992 el escritor cubano José Lorenzo Fuentes llegó al exilio, Guillermo Cabrera Infante dijo que era ''uno de los pocos escritores de renombre que quedaban en Cuba''. Viniendo de Cabrera Infante --prodigioso pero no pródigo-- significaba un gran elogio. Después, como muchos otros escritores exiliados, José Lorenzo Fuentes desapareció. Sólo nos dejó el recuerdo de sus premios Hernández Catá y Cirilo Villaverde, y la esperanza de que su interrumpida producción literaria continuase. Y así fue. Algunos años más tarde reapareció con una novela corta titulada La piedra de María Ramos. Pero aquella novella, para los que conocíamos su obra, no fue suficiente. A pesar de que estaba escrita con una prosa hermosa, era apenas un ejercicio narrativo. Un calentamiento de brazo del autor. Todos esperábamos algo de más envergadura.

Y parece que seguiremos esperando porque acaba de publicar El hombre verde y otros relatos (Espuela de Plata, 2005), un libro de cuentos magnífico, pero que no es la obra mayor que anticipábamos. Estos relatos, escritos con tanto aliento literario, no hacen sino confirmar lo que muchos ya sabíamos: José Lorenzo Fuentes es un estupendo escritor, capaz de escribir una gran novela cubana. Oficio no le falta; vivencias tampoco. Fue corresponsal de guerra del Segundo Frente del Escambray y estuvo en la batalla de Santa Clara. Tras el triunfo revolucionario fue fundador de la revista INRA, y jefe de la sección de Arte y Literatura de la revista Bohemia. Por su actitud contestaria fue condenado a tres años de prisión, y al salir de la cárcel se incorporó al Movimiento de los Derechos Humanos, hasta que abandonó Cuba.

El hombre verde y otros relatos, --que esperamos sea sólo un anticipo de lo que está por venir-- es un libro de cuentos diferente. Sus historias no son de beginnings, middles & ends. Son historias complejas que, en ocasiones, rebasan el marco de sus estructuras; algunas, las más fantásticas, se mueven con comodidad entre la irrealidad y el absurdo. En ellas no hay curas que levitan, pero hay un habanero que cree tener dos alas ensambladas en los omóplatos antes de perderse, flotando en el aire, en un horizonte de antenas parabólicas. Son personajes a los que se le adivinan múltiples posibilidades. Muchos de sus conflictos quedan resueltos, pero es evidente que la carga dramática de los mismos merece entornos más amplios. En realidad, cada uno de los cuentos es una novela pidiendo ser escrita. Si hubiese homogeneidad en sus temas, hasta podrían leerse como tal. O mejor aún: si sus personajes apareciesen en una misma historia, tendríamos una saga fantástica, como las de Isabel Allende, pero con La Habana como escenario en lugar de Santiago de Chile.

Pero tienen que estar todos ellos. Desde Esteban de la Caridad, el protagonista de El verde secular de los Humara, ''que vistió en Carabobo la casaca verde y las charreteras doradas de los ejércitos de la República de la Gran Colombia'', hasta Eskamanda, la de El chivo y el brigadier, ''una mujer tan fogosa que nunca pudo ser calmada por caricia de hombre''. Deben aparecer también el Tirano de El cielo del General, ese que en sus últimos días subió a las azoteas del Palacio Presidencial a empinar ''la cometa de franjas amarillas y negras que tenía en la imaginación desde los tiempos remotos de su niñez'', y el lujurioso gato Thalo, un onírico felino que se atrevía a soñar con mujeres.

El hombre verde y otros relatos es un excelente libro de cuentos. Pero el tiempo no se detiene. José Lorenzo Fuentes ya no es ''uno de los pocos escritores de renombre que quedaban en Cuba''. Ahora es uno de los pocos que nos quedan aquí. Se nos han ido casi todos. Dicho esto, una petición: Recuerde que todavía nos debe una novela.

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