sábado, 9 de agosto de 2014

JOSEPH A. MANN JR.
PARA EL MIAMI HERALD
Publicado el martes, 07.22.14

Joseph “Pepe” Badía
Joseph “Pepe” Badía posa para una foto en su oficina. C.W. Griffin / Miami Herald

Joseph “Pepe” Badía no tenía pensado convertirse en el “rey de las especias”.

“Yo quería ser dentista”, dijo Badía, presidente de Badia Spices (Especias Badia). Cuando era joven había estudiado en el Miami-Dade Junior College a finales de los años 60, luego de pasar por el ejército de los Estados Unidos.

Pero una vez que probó el éxito, mientras manejaba el negocio de la familia, su ambición creció. Gracias a eso Badia Spices Inc. floreció y hoy se encuentra entre las compañías más grandes de esa industria.

Lo que fuera alguna vez un retoño, se ha convertido en una figura importante en el mundo de las especias. Y ahora sus productos se han vendido y probado en 78 países, lo que incluye todos los rincones de los Estados Unidos.

Recientemente, al reflexionar sobre las raíces de su compañía, Badía estaba rodeado por la infraestructura que ayuda a alimentar su éxito: unas instalaciones de producción de 100,000 pies cuadrados, con 10 líneas de producción, enormes almacenes de materias primas, una flota de camiones y un equipo de 187 empleados. La compañía también tiene un centro de distribución cercano, de 70,000 pies cuadrados. Badia está considerada como una de las principales compañías de especias y compite con otras compañías como McCormick &Co., la más grande productora de especias del país, y Alimentos Goya. Los ingresos en dólares el año pasado alcanzaron las nueve cifras por primera vez en su historia, dijo Badía, y se espera que aumenten entre un 20 y un 25 por ciento este año.

En las instalaciones de producción de Doral – parado entre altos estantes llenos de sacos de ajos provenientes de China, pimienta de la India y otros productos de Vietnam y California – Badía describió la trayectoria de la compañía. De manera abierta y amigable, Badía conversó de manera fácil acerca de la complejidad del negocio de la especias y de los pasos que él tomó a los largo de cuatro décadas para hacer crecer su compañía. Si bien está evidentemente orgulloso de que Badia Spices se haya convertido en un importante proveedor de productos en los mercados nacionales e internacionales, él es modesto acerca de sus logros y nunca deja de darle crédito a sus empleados.

De la manera que él lo ve, las raíces del éxito de la compañía se basan en la ola de cubanos que huyó a los Estados Unidos luego de que Fidel Castro tomara el poder. Entre ellos, estaba el joven Pepe, quien a la edad de 14 años había sido enviado a Miami en 1960. Entonces fue enviado a New Jersey a vivir con amigos y familiares. Más tarde, su padre, José y su madre Azucena, llegaron a Miami y la familia se mudó a Puerto Rico. En 1967, el mayor el patriarca Badía, quien había trabajado en el negocio de la ferretería en Cuba, empezó una nueva carrera en Miami. Esta vez en una pequeña tienda en la esquina de la calle 1 del Suroeste y la Avenida 22 – donde abrió la original Badia Spices. Hay empaquetaba ajo, pimienta, vainilla y un variedad de otras especias que vendía a aproximadamente 30 bodegas por toda la ciudad.

Trabajando allí a medio tiempo, Pepe, como aún es conocido, ayudaba a su padre a mezclar y empaquetar a mano entre 30 y 40 botellas de especias al día. Y en 1970, cuando el patriarca Badía necesitó un empleado a tiempo completo para ayudar en las operaciones diarias, le ofreció el trabajo a su hijo de 23 años que acababa de salir del ejército.

“Si yo trabajaba a tiempo completo en el negocio de las especias podía ganar $100 a la semana. Esa era una cifra muy atractiva en ese entonces así que acepté el trabajo”, dijo Badía, quien hoy tiene 68 años de edad. “Teníamos un negocio muy pequeño. Pero a medida que la comunidad cubana creció en Miami, nosotros también crecimos”.

Pepe Badía y su padre, José, trabajaron juntos hasta que Badía padre falleció en 1995.

Parte de lo que ha llevado a Badia Spices al éxito ha sido la suerte: entró en el mercado de Miami justo en el momento adecuado para atender una gran demanda. Luego de que el primer éxodo grande de cubanos llegara a Miami, la comunidad hispana de la ciudad se expandió, e incluso aún más en los años siguientes, a medida que decenas de miles vinieron de México, Centro y Sudamérica. Los inmigrantes trajeron consigo el gusto por los sabores fuertes y por platos sazonados como en sus tierras natales. La demanda por el amplio espectro de especias aumentó en todo el sur de la Florida.

Badia aprovechó esa circunstancia al expandirse a las cadenas de supermercados del sur de la Florida en y más allá de la comunidad hispana: al usar productos de calidad y precios competitivos, expandir la línea de productos, tomar riesgos al entrar en los nuevos mercados nacionales e internacionales, haciendo inversiones estables y contratar a un equipo de empleados de primera clase.

“Y el trabajo duro no nos perjudicó”, dijo Badía. Incluso luego de que la pequeña operación adquiriese su primer equipo mecánico de empaquetamiento, él continuó llegando cerca del amanecer para mezclar y empaquetar las especias y prepararlas para las entregas: “Lo he hecho todo – trapear los pisos, llenar las botellas, manejar las maquinas, conducir los camiones y vender nuestros productos”.

CON VISTA AL FUTURO

Badía también está invirtiendo en el futuro.

Durante los primeros aniso, Pepe Badía financio los primeros pasos de la compañía con ahorros y eventualmente, con flujo de caja. Para comprar los camiones de entrega y los costosos equipos para procesar, mezclar y empaquetar las especias y las salsas, obtuvo un crédito bancario y otro financiamiento.

A medida que la demanda por los productos de la compañía aumentó, Badía mudó su negocio a edificios más grandes, adquirió nuevos equipos y expandió y entrenó a su fuerza de trabajo. El año pasado, la compañía invirtió $3 millones en nuevos equipos de rayos X para detectar cualquier pequeño residuo de metal en las materias primas importadas y para expandir su línea de productos.

Badía espera que la inversión de capital sea aún más grande en 2014 para expandir el centro de producción de la compañía en Doral, agregar espacios con aire acondicionado con sistemas de control de polvo de ultima tecnología, adquirir 19 montacargas y construir nuevas instalaciones de mezclado de especias.

La compañía también está comprometida a compartir su éxito con la comunidad. Badía dona una porción de las ventas de diferentes productos a varias caridades, incluidas la Fundación Dan Marino, la Fundación Nacional contra el Cáncer de Seno y Here’s Help (Aquí está la ayuda) que asiste a jóvenes adultos a superar problemas de drogas. La poca publicidad en radio y televisión que hace la compañía está usualmente vinculada a sus actividades caritativas. Badía contribuye a la escuela culinaria para ayudar a entrenar a los jóvenes de Here’s Help. También da becas en la Universidad Internacional de Florida. El año pasado, el total en donaciones llegó cerca de las siete cifras.

Badía no se considera a sí mismo como la única fuerza detrás de la compañía que ha crecido a $30 millones, $50 millones, y ahora a cerca de $100 millones en ventas anuales. El trabaja duro para brindarles un buen ambiente de trabajo a sus empleados y les da a cada uno un bono de $250 en sus cumpleaños, $500 de bono por el Día de Acción de Gracias y $1,000 para Navidad.

“Nuestros empleados son la razón por la que estamos aquí”, dijo Badía. “Yo no logré esto solo”.

Tomado de: El Nuevo Herald (Ver Fotogalería)

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